miércoles, 19 de septiembre de 2012

El ojo de Ptah, de Sara Fernandez


[Cuidado, que esto no es un libro real.  Este verano, estando en un lugar especial con bastante tiempo libre, decidí empezar a escribir algo.  Este es el capítulo 1, que escribí ese día, el 16 de Agosto. De momento, hay tres capítulos escritos, aunque después de lo que ha dicho hoy mi profesor, que es escritor, creo que es mucho mejor seguir de lectora]

Capítulo 1: La familia
  - Jack! Jack! -grita una voz chillona desde la escalera
  - ¿Qué quieres, mamá?-respondo con voz aburrida desde mi habitación.

  Ese soy yo, Jack. Tengo 13 años. Soy alto, moreno y, lo que mas destaca en mí son mis ojos color azabache, negros como el carbón. Mi padre suele decir que es porque el futuro me depara algo importante.
  - ¡Necesito que te des prisa, o perderemos el avión! -responde la voz chillona.
  Esta es Alba, mi madre. Es bastante alta y algo coqueta, nerviosa y bastante chillona pero amable y cariñosa.
  - Pero, mamá ... ¡si todavia quedan tres horas para el despegue!- protesto yo.
  - Ya lo sé, pero es un viaje muy importante para tu padre y para mi. Si llegamos a perderlo no se si podré sobrevivir -replica Alba, con un tono de voz más nervioso.
  - Vale, ya voy.
  La verdad es que todavía dudaba sobre qué libro de arqueologia llevarme: "Arqueología de los dioses", "Teoría y práctica arqueolócica", "Dioses y tumbas", ... He heredado de mis padres la afición a la arqueología y este viaje a Egipto es la ilusión de mi vida.
  Sí, mis padres son arqueólogos, y por eso pasan mucho tiempo fuera de casa en sus excavaciones, normalmente un mes o dos. Su ultimo viaje ha sido el más largo que puedo recordar. Han estado ocho meses sin volver, ni siquiera para ver el partido de futbol más importante de mi 'carrera' futbolística. Cuando al fin volvieron diciendo que se quedarían un mes se recibió aquella llamada.
  Era el décimo dia desde la vuelta de mis padres y yo estaba tumbado en mi cama cuando sonó el telefono. Estoy acostumbrado a cogerlo, porque suelo estar con mi abuelo solo en casa y él está mas sordo que una tapia, así que baje las escaleras corriendo y cogí el auricular.
  - Hola, ¿quién es?- pregunté
  - Buenos días, me llamo Ascal. Soy el encargado de la excavación que llevan la señora Alba Sanchez y el señor Daniel Calvo -respondió un señor con acento egipcio.
  - Oh! Son mis padres. Enseguida les paso con usted.
  - Gracias.
  - ¡Mamá! ¡Papá! -grité tapando el auricular para que Ascal no me oyese- ¡Un tal Ascal dice que quiere hablar con vosotros!
  Así comenzó todo. Tras esa llamada a la que no presté suficiente atención, mis padres decidieron hacer las maletas, pero ¡esta vez me dijeron que me fuera con ellos!. Me habian prometido estar conmigo un mes y ellos son gente de palabra.
  Acabo de decidir qué libro llevarme y ya estoy listo para irme. Desde el recibidor oigo una voz grave: -¡Baja enseguida, Jack!
  Ese es Daniel, mi padre. Aunque suele gritar menos, la verdad es que se pone más nervioso que mi madre. Es bajito, usa grandes gafas y el pelo y la barba casi siempre revueltos. Aunque por esta descripción os habrá parecido que es feo yo no me averguenzo de él. Pienso que es el mejor arqueologo de la historia y que algún día se lo demostrará al mundo.
  -Ya estoy aquí
  - Bien, pues nos vamos ya. ¡Baja tu maleta cariño, que el chaval ya esta listo!
  - ¡Bajaaaando! -responde mi madre

2 comentarios:

  1. Me encanta, escribes genial!! Yo te animo a continuar, Sara :)
    De Elena, la del A jajaja!

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  2. Esta muy bien... ¿Pero como sigue?.. ¡No nos dejes así!

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